Uno de los aspectos críticos en el diseño y ejecución de instalaciones eléctricas es el control de la caída de tensión. Aunque a menudo subestimada, esta variable puede comprometer seriamente la eficiencia energética, el desempeño de los equipos conectados y la seguridad del sistema eléctrico.
¿Qué es la caída de tensión?
La caída de tensión es la reducción del voltaje que ocurre cuando una corriente eléctrica circula a través de un conductor. Esta pérdida se debe a la resistencia propia del material conductor y se expresa como la diferencia entre el voltaje disponible en la fuente y el que finalmente llega al punto de consumo.
Matemáticamente, la caída de tensión se puede expresar mediante la fórmula:
ΔV= I⋅R = I⋅ρ⋅L/A
Donde:
- ΔV: caída de tensión (voltios)
- I: corriente eléctrica (amperios)
- R: resistencia del conductor (ohmios)
- ρ: resistividad del material (ohm·mm²/m)
- L: longitud del conductor (metros)
- A: área de la sección transversal del conductor (mm²)
¿Qué factores influyen?
Los factores determinantes en una caída de tensión significativa son:
- Longitud del cableado: A mayor distancia, mayor resistencia total del conductor.
- Calibre del conductor: Cables de menor sección transversal presentan mayor resistencia.
- Carga eléctrica conectada: Corrientes más altas generan mayor caída de tensión.
- Calidad del conductor: Materiales como el aluminio presentan más resistencia que el cobre.
Consecuencias de una caída de tensión excesiva
Una caída de tensión fuera de los rangos recomendados (habitualmente superiores al 3–5% según la normativa) puede generar:
- Mal funcionamiento o daño permanente de equipos sensibles.
- Sobrecalentamiento de conductores y riesgo de incendio.
- Reducción en la vida útil de motores eléctricos y equipos HVAC.
- Inestabilidad operativa en procesos industriales.
Ejemplo ilustrativo
Imagina que se instala un aire acondicionado de 18.000 BTU a 220V, ubicado a 35 metros del tablero eléctrico. Para la conexión se utiliza un cable THHN de calibre 14 AWG, un error común por desconocimiento o ahorro mal planteado.
A esa distancia y con una corriente de aproximadamente 10 A, la caída de tensión supera fácilmente el 5%. Como resultado:
- El equipo recibe un voltaje insuficiente.
- Se presentan fallas como bajo rendimiento, apagados intermitentes o daños en el compresor.
- Aumenta el riesgo de sobrecalentamiento del cableado.
✅ Con un cálculo adecuado, un cable de 10 AWG o incluso 8 AWG habría evitado estos problemas, garantizando un funcionamiento eficiente y seguro.
¿Cómo prevenir la caída de tensión?
Un diseño eléctrico bien ejecutado debe contemplar:
- Cálculo riguroso de la sección del conductor en función de la carga, la distancia y las condiciones de instalación.
- Selección de materiales certificados, preferiblemente conductores de cobre de alta conductividad.
- Aplicación de normas técnicas colombianas (NTC 2050) y estándares internacionales como la IEC 60364.
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Verificación con software especializado (por ejemplo, DIALux, Caneco BT o ETAP) para simulación y ajuste de parámetros críticos.
Evitar la caída de tensión comienza con seleccionar los conductores adecuados y los componentes correctos desde el inicio. En Todo Eléctricos e Ingeniería S.A.S., contamos con una línea especializada de productos certificados para instalaciones residenciales, comerciales e industriales
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